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lunes, 28 de marzo de 2011

Otra vez Hernan...

hay gente así, arriesgada y solidaria, Hernan Zin es un profesional de la información y un tipo especial...

miércoles, 2 de julio de 2008

Hernan Zin

Hay tipos por ahí a los que gusta la aventura, los hay ermitaños, extravagantes, exploradores irresponsables, alpinistas que retan la altura, otros que se lanzan en un bólido a velocidades impensables para ganar una carrera; los hay sobrados de adrenalina que se enfrentan a un toro bravío por puro amor al arte (de torear).

Pero hay tipos cojonudos que desafían la muerte y están en riesgo cada día, por llegar hasta donde la gente sufre, por entrar en contacto y reportar la guerra y la desesperación humana en tiempo real, sin sensacionalismo y desde un enfoque humano, cercano. Hernan Zin es uno de esos, y le admiro.

La primera vez que posé la vista en una columna suya fue atraída por su melena y ese look argentino vital. Supe entonces que, siguiendo la senda de maestros como Ryszard Kapuscinski, este periodista, escritor y fotógrafo viaja desde hace quince años por todo el planeta, en busca de las historias que no suelen verse en las portadas.

Periodista comprometido, Hernan Zin nació en Argentina en 1971, licenciado en Relaciones Internacionales, comenzó a trabajar en el periódico El Cronista como enviado especial a El Cairo y Pekín. Escribió luego en La Nación, vivió durante tres años en Calcuta, y desde 1998 sentó residencia en Madrid.

Ha escrito y dirigido documentales para El Mundo TV y TVE. Como describe en su blog: “Desde hace 15 años me dedico a recorrer el mundo para tratar de dar voz a los colectivos más postergados. He rodado documentales, he escrito libros y reportajes desde una treintena de países de África, Asia y América Latina. He publicado en El Mundo, La Voz de Galicia, Interviú, La Nación, El Cronista. He colaborado con la Cadena Ser, RNE y la BBC. Quizás uno de los trabajos más duros, pero más gratificante por sus resultados, fue el que realicé en 2002 siguiendo y denunciando a pederastas en Camboya. Como consecuencia del documental que rodé y del libro "Helado y patatas fritas" (ed. Plaza Janés), se puso en marcha un ambicioso proyecto que permitió que varios turistas sexuales entraran en prisión. Tengo otras tres obras editadas: "Un voluntario en Calcuta" (ed. Temas de hoy), "La libertad del compromiso" (ed. Plaza Janés) y "Llueve sobre Gaza" (Ediciones B). Ahora me he puesto el casco y las botas para sumergirme en las entrañas de la guerra. Un viaje que me ha llevado ya a Sudán, Uganda, Israel, Palestina, Líbano, Argelia, Sudáfrica, India, Etiopía, Nicaragua, Kenia y las favelas de Río de Janeiro... Ahora estoy en Afganistán”.

De su vida dice Hernán Zin en una entrevista que habla “inglés, francés, portugués, bengalí e italiano... chapurreo algunos otros... y se me da muy bien el lenguaje corporal, la comunicación no verbal, tan importante en los viajes...”.“No tengo casa ni hipoteca. Es más, busco compañero/a de piso (es un chollo, porque nunca estoy en casa)”.“No tengo mujer. Estuve tres años en pareja pero me acabo de separar. Supongo que perdió la paciencia. Y que algún día encontraré a una mujer que tenga más paciencia aún”.“Mi familia, acostumbrados. Deseosos, a veces, de que pare un poco. Eso sí, nunca se aburren conmigo. Y, para la vida más formal, el trabajo serio y los hijos, tengo a mis maravillosos hermanos. Así que, creo que soy, más allá de algunos sinsabores, un elemento de color en la familia”.



En su libro Helados y Patatas Fritas describe la situación de 1.400 niños camboyanos en las calles de Phnom Penh sometidos a prácticas pederastas. Ha denunciado también la actividad de un grupo extenso de españoles que, según un informe de la organización Save The Children, ha colocado a España entre los que generan más turismo sexual con menores, hasta alcanzar la cifra de más de 35.000, sólo con destino a Iberoamérica.

«Estos son peores que los pederastas compulsivos», dice con rotundidad Zin. «Al menos sé que Pier Gynot, el ex empleado de la televisión pública francesa y creador de su particular Neverland al sur de Camboya, es un trastornado dedicado a su pederastia al cien por cien. Gynot -explica-ha creado su universo de abusos en una finca con karts y piscinas donde una veintena de niños, siempre desnudos, satisfacen sus deseos. Violados, torturados, y vendidas las imágenes de las aberraciones a través de Internet, los niños intentan luego «sacarse» el trauma abusándose entre ellos como los sidosos de Soweto creen «sacarse» el VIH violando bebés. Pero de esos otros abusadores ocasionales nada se puede prever. Es tremendo comprobar –cuenta que los ha visto por cientos- cómo el único ser que se acerca a estos niños con una sonrisa, que les ofrecerá caramelos o les comprará una bolsa de patatas fritas para calmar su hambre, es el que sin más preámbulos los llevará de la mano a la habitación de su casa alquilada, hotel o pensión más cercana para violarlos. Y el niño, bien lo saben, no se quejará, pero por ello no será menos violación.


Desde la publicación de ese libro, Hernan Zin ha hecho de ésta su causa, a través de su propia ONG Acción por la Infancia: denunciar la explotación sexual infantil, conseguir protección para los niños y llamar la atención sobre ese fenómeno. Sobre el terreno, allí en Camboya, se queda Global Humanitaria que ha puesto en marcha Protect, un proyecto que trabajará sobre las coordenadas de Thierry Dardaunet para denunciar a los pederastas extranjeros. Por esta investigación sobre el turismo sexual en Camboya Hernan Zin recibió no pocas amenazas.

El conflicto árabe israelí, en cuyos dos bandos tiene amigos, ha sido también objeto de sus reportajes. Sobre él ha dicho: “Lo único que me queda es tratar de hacer el mejor trabajo posible, buscar la verdad y aceptar mis limitaciones. El problema es que ellos sufren los problemas y eso siempre crea una brecha enorme con quien observa la situación desde cierta distancia”.

Al leer los abundantes materiales sobre Hernan Zin en la Web me quedé con estas frases suyas, que muestran la calidad humana de un periodista identificado, más allá de la noticia, con las personas que las protagonizan:

“No creo en los líderes, creo que los cambios en el mundo vendrán por la gente normal”
"Sigo adelante porque, en los viajes, descubro lo peor de la condición humana, pero también lo mejor"
“En la práctica no somos libres: los mensajes publicitarios, las hipotecas, la propia familia nos van tendiendo una trampa de la que no sabemos salir"
“Creo que la clave está en ejercer una ciudadanía responsable y activa. Y para ello debemos mantenernos bien informados y no tenemos que tener miedo a alzar la voz llegado el momento. En definitiva, salir de la apatía de la buena vida, de la comodidad, y mojarnos un poco. Algo que, por demás, suele ser muy reconfortante en lo personal


En una entrevista de hace varios años, acerca del temor a acercarse a los conflictos reconoce “Sí, me da bastante miedo. Me angustio bastante antes de cada viaje. No soy ningún Rambo y me desagrada profundamente la violencia”. Pero también creo en la importancia de dar voz a la gente que sufre los conflictos, de divulgar su realidad. Porque estoy convencido de que la comunicación - dialogar, reflexionar - cambia el mundo, es la base del progreso de la humanidad.


“¿Una vida normal? Sí, a veces me gustaría. Hay momentos en los que me pregunto por qué me he metido en todo esto. ¿Por qué no me busco un trabajo normal, me caso y dejo de dar tantas vueltas? A veces envidio a la gente que tiene una vida más predecible. Pero bueno, también tengo enormes subidotes, grandes satisfacciones, y es en esos momentos cuando tanto desapego y búsqueda quedan justificados.”

Cuenta también que ha pasado la malaria siete veces cuando vivía en la India, y que perdió entonces veinte kilos.

Va siendo ya bastante largo este post, pero creo que Hernan Zin lo merece, hace mucho que le debía este particular homenaje desde mi blog , y aquí queda.


Ojalá que siempre haya Un día más con vida, título de la primera serie documental en España especialmente para Internet, rodada en más de doce países y dirigida por Hernan Zin y publicada en la versión digital del periódico 20 minutos. Mezcla de técnica digital e impacto informativo.

Hasta hace un año podía leerse el blog personal http://hernanzin.blogspot.com/, tiene contenidos impactantes. Y ahora postea sus sensibles reportajes en Viaje a la guerra.
Ya sé que de males está lleno el mundo y que no se resuelven ni con actos de caridad ni con reportajes, pero esas denuncias, y personas como Hernan Zin, ayudan a que trascienda la barbarie que se vive aquí mismo, en paralelo a nuestra realidad. Y además de reportar, muchas veces dejan tras de sí un pedazo de obra buena.