Mostrando entradas con la etiqueta Sabina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sabina. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de enero de 2011

47

Voy camino de prolongar mi juventud hasta los 50…como Sabina. Cada año me escapo de Madrid cuando llega el final de enero, a ver si pasa el calendario y el tiempo se olvida de que toca sumar uno. No, claro que la razón es otra, es la temporada baja de los billetes. De todas formas, allá donde esté me van a ir a buscar los años, y en la Habana como antes, sigo cumpliendo eneros.

En Peces de Ciudad, canta el mismo Sabina…

que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.

Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer
.

Pues desafiando la crisis y las regulaciones y las restricciones y unas cuántas cosas más siempre regreso a la Habana por estas fechas en vuelo regular, a encontrar a mis viejitas de Micro X y a gente querida. Pero no precisamente ligera de equipaje. No es el tipo de vacaciones apacibles en las que sueles deshacerte del estrés… aunque se cargan las pilas de otra energía necesaria, tampoco es el viaje a Cuba de los turistas. Es empezar quince días antes a reunir cosas y acopiar medicinas, a revisar que el seguro de salud de tus tarjetas cubra el seguro de asistencia en viaje que exigen las autoridades cubanas, es esa dosis de agobio e impotencia cuando quieres llevar todo un bazar en una maleta, y tres estantes de leche en polvo en la otra.

Es solo la fase inicial de ese viaje-aventura en el que como Quijote humanitario tienes que ir venciendo a los gigantes y molinos, dígase el despacho en Iberia, que ya no permite aquellas dos piezas de equipaje en clase turista y te obliga ahora a pagar 60€ por la segunda. Luego toca caer en la próxima fase que es atravesar la Aduana y los controles de Inmigración en la Habana. Momento en verdad siempre desagradable, en el que te sientes bajo una mezcla de escrutinio y manos extendidas ‘para lo que caiga’. El peso del equipaje continúa sino el enemigo público y aunque los alimentos y medicinas pueden pasar en principio sin gravamen, todo el proceso de chequeo y exigencia alrededor de ellos es también complicado. Pueden mirarte como si de acto criminal se tratara llevar un trozo de queso al vacío o unas lascas de algún producto embutido. Cualquier equipo o aparato es rápidamente abierto, revisado y cargado con un severo arancel. Cualquier kg sobre los 30 es leoninamente gravado, trátese de zapatos colegiales o ropa interior para las personas mayores, o un simple marco de fotos.

No logro entender ¿cómo un país con un mercado interno casi inexistente, en el que hay déficit prácticamente de todo, puede gravarse tan restrictivamente la entrada de bienes por la vía personal? Sé que hay intentos de introducir artículos en serie para especular, pero ese fenómeno es fácilmente detectable por la frecuencia de entrada de los viajeros y por las cantidades masivas de un mismo artículo… ¿Por qué acosar y castigar con recargos a una persona que se aprecia a simple vista que viaja una vez al año para ver y ayudar a su familia, si trae 40kg de equipaje en lugar de 30kg? ¿A quién le hace daño que alguien que viaja hasta Cuba “importe” una colonia de más para su vecina o un par de calzoncillos para el hijo del amigo? Si no compite con la colonia local (ni mucho menos con los textiles), más al contrario, lo que hace es paliar a su costa y contra sus gastos de viaje, el más absoluto desabastecimiento del comercio interior, que por no tener, carece ya hasta de aquellas libretas para repartir (que ni siquiera comercializar) artículos industriales imprescindibles como la ropa o los productos de higiene, aquellas famosas C1 o B4 de cuando éramos tan jóvenes y encargábamos zapatos en Primor. Creo que es inmoral, como lo es la actitud de los empleados que sugieren hacerse de la vista gorda ante esa arbitraria regla a cambio de dinero o algún regalo, como la doctora que te recibe y además de chequear que no traes la gripe A te pide un dólar.

Y queda entonces la etapa de pagar el importe del diezmo, ya sea por los kg extras o por algún equipo, cambiar la divisa en una única y congestionada caja mientras sobra personal merodeando por todo el interior del aeropuerto, atravesar las puertas de salida y empezar a navegar en el mundo de los boteros, los ‘ayudantes’, los agros con sus preciadas malangas, los CUC y los pesos, a surfear en ese océano de “lucha” que es la supervivencia del cubano… Y perder la conexión con la red, algo que ya parecía cosa cotidiana y que mientras llega el cable salvador desde Venezuela continúa siendo un problema, incluso pagando el servicio de acceso a Internet en los hoteles.

Pero del otro lado de la puerta está también el cariño de los que te reciben, el abrazo insustituible de las tías, el olor del café y del potaje, están el color y el olor, los ruidos de Cuba, y vale la pena lo ‘epopéyico’ del viaje porque es una recarga emocional y un reencuentro con la tierra, por mucho que hayan cambiado las cosas. Porque después eres tú la que quieres llevarte de vuelta en las maletas aquellas cosas que el dinero no puede comprar, cariños, afectos, acentos, remembranzas… tus rincones, el mar, la compañía, la palabra amiga y sincera.

Sólo por eso vale la pena, otra vez, regresar al lugar donde has sido feliz…sí, Sabina, y además de ello hacer felices y ayudar en algo a los que allí están, en la isla grande del Golfo. Nos vemos a la vuelta.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Sabina y su banda, fin de agosto en la Huerta del Palacio Arzobispal

A sus 60 y algo casi-llenó la pedregosa explanada de la Huerta del Palacio Arzobispal, tan larga y ancha, de muro a muro, que el mismísimo Bob Dylan la casi-llenó también aquel verano del 2004. Mucha gente de todas las edades, desde 12 a 70, abuelas, solterones con gafas, adolescentes cañeros, cuarentones freakies con rastas y vaqueros con huecos, rojos y peperos - más de los primeros que de los segundos claro, vistosas rubias en tacones, de todo había en la huerta sabiniana…
Vinagre y Rosas fue el eje del concierto, con ese fondo de escenario lleno de tuberías grises y no tan grises por las guirnaldas, el mismo trasfondo que acompaña toda la gira del disco, igual en Montevideo que en Salamanca. Confieso que no me cala el aire melancólico de esas nuevas canciones, de las cuales no puedo tararear más de la mitad, salvando su viejo estilo presente en Menos dos alas: “decía [González] que morirse no era tan grave / y agonizó en voz baja por cortesía.” Pero allí estaba, Sabina, tan flaco y tan calavera como siempre, convenciéndome con su magia, su bombín y su voz ronca.




Pancho Varona fue el que estuvo al centro de la escena al romper el concierto, todo de negro, con su guitarra, y un misterioso sombrero de ala que luego -con el calor creciente- combinó eclécticamente con un tremendo abanico, negro también. Comenzaban los acordes de Y nos dieron las diez y 8,000 pares de ojos seguían esperando ver aparecer a Sabina, que salió entre gritos de “¡ahora, sí!” desde un lateral. Jaime Asúa, rockero como siempre, Antoñito García de Diego de blanco entero, divertido en su esquina en una fiesta de teclas, fumando a cada rato (lástima de su garganta y de sus entrañables coros). Josemi Sagaste, marinero en medio con el saxo o teclados, poniendo un toque vital y joven entre tanta veteranía y Mara, oh! Marita Barros el otro toque, fresca y flamenca, con un chorro de voz y contoneando sus redondeces sin complejos, como la suele presentar Sabina “borda el papel de amazona / que mi cartel necesita / ni un gramo de silicona / Mademoiselle Barros ¡Marita!” De todos los videos que encontré por ahí este es el más corto y ya le hace justicia a su gracia.



Cierto es que el formato se vio rigurosamente estructurado, con un guiño evidente al espectáculo, cambios de ropa al compás de algún texto, pequeñas escenificaciones como en Una Canción para la Magdalena, con cigarrillos y subidas de tono. Sabina lleva el guión y, aunque se toma descansos cediendo el protagonismo a la banda, mantiene su vigor cuando salta, baila, blande el bastón y sorprende a cada rato al público para que no se olvide del juglar pícaro que fue. Luego de declamar un soneto, soltó una de las suyas ante los aplausos interminables: “No juguéis con fuego, que sigo recitando y no canto”.









En otro momento una señora desde el público le gritó “Sabina, ¡regálame el gorro!” y él, entre molesto y sonriente, regresó al otro lado del escenario repitiendo “¿a este maravilloso bombín le llamas gorro?...el gorro, dice…!”

Más allá de estos dos chispazos de humor sabiniano le vi correcto, con pocas muestras de su tradicional irreverencia, será el cansancio, será que la cercanía del Obispado y los vetustos muros del Palacio Arzobispal, el ambiente de fiestas patronales y aire religioso de la vieja Alcalá lo indujeron a la mesura.

El resto, sus canciones clásicas, un gustazo y un trance. No me canso de escucharle cantar Aves de Paso o Peces de CiudadLa del Pirata Cojo o cualquiera de Física y Química. Suenan igual. Eterno Sabina y eternos sus músicos, no hay diferencia entre el concierto y las melodías y acordes que tenemos en la memoria gracias a los discos y eso es convincente. Como en casi todos los conciertos se despidió tres veces y repitió, regresando con más de las de siempre ante los vítores y palmas de “Sabina, Sabina, así no se termina!”

Cuando la gente completaba las estrofas se le veía reír, reír de verdad y no solo como parte del guión. Es una forma de conexión con el público que lo gratifica, un público del que -por otra parte- Sabina está siempre distante físicamente, protegido y aislado, al menos en estos tiempos, tan diferentes de aquellas descargas en la Mandrágora.

Un enjambre de gente se aproximaba a su microbús a la entrada del concierto y otro trataba de despedirlo. Mientras tanto nosotros, larga espera por medio, llegamos hasta la primera fila y le vimos cantar, a escasos 3 metros, durante dos horas y media, todo un lujo para esta fiel seguidora, levantando a ratos nuestra pancarta “QUE VIVAN TUS MUSAS, FLACO”, bajo protesta de los que en ese momento dejaban de ver el escenario.


Es verdad, su voz no es la que era, la que nunca fue, pero su verbo y su guitarra son genuinos. Sus músicos son excelentes. Y vale la pena siempre ver a Joaquín y compartir la pasión sabinera. Dicen que con Vinagre y Rosas se despide de los grandes escenarios. No te vayas lejos pues, maestro… “ojalá que volvamos a vernos!"

domingo, 20 de septiembre de 2009

Noche Sabinera en la Galileo Galilei

“Buenas noches…Peta’o hoy Galileo…mola”
Así empezó Pancho Varona ayer la descarga sabinera. Y es cierto que estaba a tope la sala madrileña donde los músicos de Sabina cerraron su temporada de presentaciones, y recrearon una vez más su larguísima discografía.

Público había de todos tipos, desde veinteañeras con botas de gamuza a lo Peter Pan, pasando por grupos enteros de cuarentones marchosos -como esta servidora- hasta muchas cabezas canas que rondaban los sesenta, la edad de esos 50 y 10 que con arte y gracia llevan Joaquín y muchos de su tropa de cuerdas y teclados. Por allí andaban también sus hijas Carmela y Rocío. Grupos enteros de argentinos, gente de Uruguay, de México, donde la música de Sabina tiene arraigo. Eso, estaba peta’o el sitio y traté de encontrar un lugarcito lo más cerca posible, ahí junto a la esquina derecha del escenario.

Además de las guitarras de Pancho Varona, que guió la noche con su protagonismo natural y sereno, y la de José Antonio Romero estaban Antonio García de Diego (guitarras, teclados, armónica) y Pedro Barceló en la batería, excelente.
Y Jaime Asúa, con sus guitarras. Me gustó mucho Asúa,primera vez que le veo tan cerca, todo energía, fundiendo voz, melena y cuerdas, con un poco de ese toque canalla y vital que suele aportar Sabina. Entre todos pusieron la voz y los coros, alternando en algunas canciones con el acompañamiento de dos exViceversa. Una buena noticia, Pancho anunciaba que acaban de terminar el viernes con Joaquín el nuevo disco Vinagre y Rosas, y que habrá pronto gira. Algarabía en la sala.

Rompieron con Caballo de Cartón,cuya letra me sabía antes de llegar a Madrid, sin haber subido nunca a la Línea 1 ni haber estado en la emblemática Tirso de Molina (no entendía bien hasta entonces esas estrofas con el nombre de las estaciones). Luego siguió Vámonos Pal Sur y una versión deliciosa de Eva tomando el Sol… “Eva tomando el sol, bendito descontrol/ Besos, cebolla y pan, que más quieres Adán”¡Qué buena por Dios! Y llegó Rebajas de Enero, que no es para emociones fuertes pero gusta igual (con Pancho y su piso en Gran Vía que tampoco queda tan cerca del cielo), seguida de la antológica Amor se Llama el Juego y de la no menos antológica Peces de Ciudad. El Caso de la Rubia Platino tuvo su espacio, no es de mis preferidas, pero sonó igual que en los discos, con cuidadas descargas instrumentales.
Llueve sobre mojado, encabezó otro bloque, en el que Antonio García de Diego cantó Contigo, con el coro final en tono bulería. A continuación invitaron al escenario a una chica que les acompañará como vocalista y que presentaron como Mara Barrios (qué lujo Mara). Sonó muy bien cantando un trozo de una vieja copla folclórica "Y sin embargo, te quiero", preludio de Y sin embargo, la que todos sabemos, otra de las grandes de Sabina, en la que un timbre femenino se unió a los coros, como en su tiempo hiciera Olga Román.

Empezó entonces un jam en el que subía a cantar gente del público, (presumiblemente ‘inscritos’ antes porque eran llamados por sus nombres) de dos en dos o de tres en tres. Buen rato. Por allí pasaron varios haciendo a su modo Quien me ha Robado el Mes de Abril, Calle Melancolía (buen intento, del chico de la camiseta verde y su compañero),Pongamos que Hablo de Madrid, Princesa y una de mis canciones preferidas El Rocanrol de los Idiotas, un diez para el chico del Rocanrol de los Idiotas, que además de cantarla en tiempo y a tono...era guapísimo!

Pacto entre caballeros fue elegida paradójicamente por tres chicas, 'mucha policía' como siempre al final, y otras dos entonaron La del Pirata Cojo. Medias Negras sonó también. Cerró esa especial sesión de karaoke-vivo sabinero una tumultuaria Noches de Bodas, a la que se unieron Lupita de México, chicas, chicos con ganas de cantar y abrazar a la banda que, para terminar en modo ranchero, empalmó sus acordes con los de Y Nos Dieron las Diez

Allí nos dieron las doce, y queríamos más. Otra, otra…
No estaba Joaquín, pero es como si estuviera, sus letras sonaban por él. A juzgar por la cantidad de jóvenes que había en la sala, la vocación sabinera tiene larga vida, va aumentando con las generaciones, y sus músicos, co-autores y co-intérpretes de esas joyas-canciones, tienen mucho que ver en eso.

martes, 23 de junio de 2009

Hoy es noche de San Juan, y hago una entradita en la pantalla azul…

Para celebrar que llega el verano, que mi nena ha terminado hoy la primaria con unas notas estupendas…y que tengo un nuevo trabajo. He estado alejada algunas semanas pero espero venir pronto, a seguir llenando bits como dice el amigo Amaury-Papelbit.

Será porque he vivido períodos bastante largos en pleno hemisferio norte, lo suficiente para notar como se acortan las noches y se alargan los días en el verano, o porque me gustan las fiestas paganas, pero tiene su encanto esta noche mágica en que la naturaleza, la noche y los hombres se unen para celebrar las cosechas, la fecundidad y el tener más tiempo de luz y diversión.

Realmente la primera vez que escuché de esta celebración - tan antigua como la humanidad misma, anterior a las religiones católica o mahometana- fue vía Serrat, tiempo ha. Y aquí, luego de muchísimos años, la vuelve a cantar en concierto con Joaquín, el maestro Sabina…duo entrañable esa Noche de San Juan.

viernes, 17 de abril de 2009

Por el bulevar de los sueños…vividos

90 años cumple hoy Chavela Vargas, veterana de las rancheras a quien conocí - más bien reconocí, de la mano de Sabina. Mexicana de timbre y tica de nacimiento, es una figura transgresora, que ha desafiado y madurado en una época en la que su canto y actitud viril traían más hostilidad que aplausos.

El genio de la Vargas queda para siempre honrado en la canción que le dedicó Joaquín en 1994, y que se tararea en toda la América hispana…

Por el bulevar de los sueños rotos…

En el bulevar de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo,
pelo de plata y carne morena.
Mestiza ardiente de lengua libre,
gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo de luna llena.
Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda.
Cuando Agustín se sienta al piano
Diego Rivera, lápiz en mano,
dibuja a Frida Kahlo desnuda.
Se escapó de cárcel de amor,
de un delirio de alcohol,
de mil noches en vela.
Se dejó el corazón en Madrid
¡quien supiera reír
como llora Chavela!
Por el bulevar de los sueños rotos
desconsolados van los devotos
de San Antonio pidiendo besos
Ponme la mano aquí Macorina
rezan tus fieles por las cantinas,
Paloma Negra de los excesos.
Por el bulevar de los sueños rotos
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla del miedo.
Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo.
Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chavela Vargas
y las escribe un tal José Alfredo...

Pero a mí me gusta especialmente la interpretación a dúo con Chavela de la canción Noche de Bodas, cuando Sabina empieza quedo… “Que el maquillaje no apague tu risa…” un himno al optimismo que necesito oír a cada rato.

Quede aquí un homenaje a esta anciana del poncho rojo, que ha visto pasar muchas hojas del calendario y cuya voz, igual que la del maestro, no siempre fue ronca...

...
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana…

martes, 2 de diciembre de 2008

Semos Diferentes... y otros desvaríos del ánimo

Cuando la vida se complica pierdo un poco de esa vigilia sensiblera (que no sensiblona) que me hace pescar sucesos y comentarlos aquí. No tengo estos días de crisis los ánimos para ver como se enfrían las cigueñas, sin renunciar a los campanarios, ni como se ha quedado de seca la colorida tapia del otoño...vamos, voy cortica de inspiración...Hace frío en Madrid estos días, ha caído aguanieve, el paro aumenta, se vende menos de todo y la cosa pinta gris. El jueves que viene hay un concierto pro Derechos Humanos en la Cubierta de Leganés, quizás me acerque y levante un poco de buena energía. Jarabe de Palo es de mis prefes, Chambao también.


De camino a las clases de chino escucho Alivio de Luto, de Sabina, que es ideal para esos estados morriñosos cuando la quebrada voz de tabaco y cantina desgrana "...Tiene la vida un lánguido argumento/ que no se acaba nunca de aprender,/ sabe a licor y a luna despeinada/ que no quita la sed..."

Pero este Semos Diferentes que acabo de encontrar me trae de vuelta caballero! Cómo puede este flaco de casi 60 años ser tan estelar y tan vital...eres bueno Joaquín¡!


Con perdón por la recurrencia temática...y por las musas en huelga.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Estupefacta...por tan buenas rimas

La columna de Joaquín Sabina ayer en Interviú trae rimas tan buenas que le hago ecos al maestro. Estupefacta quedo con estas décimas a la victoria demócrata...entre el nunca y el mañana.

Aquí va una versión más legible, a sugerencia del Garri...


Décimas estupefactas
Se vengó Abel de Caín,
salve, sueño americano,
tan go home, tan primo hermano,
tan Lincoln, tan Luther King.
Calló el muro de Berlín
y a la vera de un verano
con Yahvés y medias lunas
la rueda de la fortuna
trajo un milagro africano.

Qué noche la de aquel día,
qué martes tan milagroso,
qué miércoles resacoso,
qué negro tan utopía.
Qué borrón en plena CIA
qué virus tan contagioso
qué disparate, qué foso
entre el nunca y el mañana,
entre Florida e Indiana,
viva Michelle y su esposo.

Ni cabaña del Tío Tom,
ni sepulcro blanqueado,
ni Michael Jackson pirado,
ni Harlem versus el Bronx.
Obama es un reggaetón
cimarrón y encorbatado
con cuentas que han esquivado
los pecados de la banca,
la Casa Blanca no es blanca,
el futuro ya ha empezado.


Poema: Décimas estupefactas
Año: 2008, Interviú
Letra: Joaquín Sabina

viernes, 26 de septiembre de 2008

Me han dicho que…

Hay un chico que se llama Pablo Garcés y administra un excelente sitio sobre la vida y obra de Joaquín Sabina. Prefiero leer desde allí los sonetos que publica semanalmente el cantor en otras páginas, las de de la revista Interviú. Es un aproximación seria y respetuosa que los sabineros y seguidores del poeta más canalla agradecemos desde todas las latitudes.

La presentación del sitio comienza con esta frase “Es difícil explicarle a los amigos, cuando tienes 14 años, que te gusta Joaquín Sabina…”. Lo recomiendo.

Pues allí acabo de leer una buena noticia, que no todas son de la crisis por estos días! y es que Joaquín está al parecer trabajando con sus músicos de siempre, Pancho Varona y Antonio García de Diego, en un nuevo disco. Se anticipa incluso otra gira de conciertos. Ojala que sean fidedignas las fuentes y aparezca otra masterpiece como esas a que nos tiene acostumbrados este trío de creadores, con la guitarra, el bloc de notas y las musas cómplices...Sinergia de creación poética y virtuosismo musical.

Gracias por la primicia Pablo, esperemos que así sea, porque lo que sale de esa unión de artistas siempre es bueno para “el alma y el oído”.

lunes, 25 de agosto de 2008

Fito Páez habla de Sabina

Estoy un poco despegada de mi pantalla azul, espero que los próximos días de agosto me traigan un poco de paz estival, pero quería traer aquí mientras tanto un poco del encuentro de este trío... de ases...

Anoche, en los camarines después del concierto, Pablo Milanés se adjudicaba el celestinaje del encuentro con Sabina, ¿no?

Es verdad. No recuerdo ya cómo fue exactamente. De los 20 a los 40 me acuerdo bastante poco. Pero sí, surgió de risas, de bares, de estar en una plaza y de irnos a un boliche de putas con Joaquín en México. De quedarnos hablando sobre los poetas españoles, y de música y de tal o cual cosa, y “cómo me gustaría hacer tal versión de tal tema”, rodeados de putas. Era muy delirante la escena: fuimos allí porque queríamos tomar un trago nada más, pero el único lugar que encontramos en la zona roja del D.F. fue esa especie de cabaret.

¿Cómo recordás, diez años después, la grabación del disco y las peleas mediáticas?

Con cariño. Como ve uno todo con el tiempo: con amor. El no estaba en su mejor momento, y yo creo que ni él ni yo supimos comprender eso. Yo por mi obsesión al trabajo y por intentar arribar a un disco hermoso, y él porque no sabía cómo comportarse en medio de la crisis. Fue una explosión, dos personas desencontradas. Pero triunfó nuestro lado gentil, nuestro lado amable y nuestro aspecto caballeroso. Siempre les quito relevancia a las peleas.

¿Cómo evolucionó la relación?

Yo estaba acá cuando se quebró todo. Había venido a acompañar a Cecilia, que estaba haciendo Todo sobre mi madre, y me fui a ver Los amantes del círculo polar [la película de Julio Medem]. Salí del cine y eran las cuatro de la tarde. Empecé a caminar y en un momento me di cuenta de que estaba a dos cuadras de la casa de Joaquín. Le toqué el timbre, y me recibió muy sorprendido después de todo aquel escándalo, pero estuvo muy amable igual.

Acaso sensibilizado por el peliculón de Medem…

Es una hermosa película, pero creo que fue más la casualidad: salí a la deriva, no sé si me llevaba un walkman…

“Me fui, me voy de vez en cuando a algún lugar”, dijo el poeta…

Exacto. Y en un momento me di cuenta de que estaba cerca y dije: “Le voy a tocar el timbre; yo soy un caballero, no tengo nada que ocultarle a nadie y menos a él”. Joaquín… es un hombre que quiero de verdad. Lo aprecio mucho. Y después de eso, amigos. Con mucha elegancia, por supuesto.

Ustedes empezaron a grabar Enemigos íntimos en el 97, pero me imagino que venías escuchando su música del mismo modo que él escuchaba la tuya desde hacía varios años…

En San Pablo escuché Yo, mi, me, contigo (1996) y el segundo tema es aquel que dice: “Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren”, que en realidad es un refrán del romancero gitano. El lo pone allí perfecto: ése es su gesto artístico. Y yo pensaba que lo había escrito él y lo llamo por teléfono desde San Pablo y le digo: “Joaquín, tenemos que hacer ¡ya! un álbum”. Y fue una experiencia única: aprendí muchísimo de la vida. Si bien las formas en general las planteaba yo, en algunos casos tuve que musicalizar en base al texto escrito. Así arrancó en realidad el vínculo. Yo no lo escuchaba tanto a Joaquín, fue a partir de ese tema de ese disco.

¿Qué es lo que más te gusta de su obra?

Joaquín tiene una melancolía alcohólica que es extraordinaria, con frases secas y lapidarias te diría, de una precisión científica. “Me aburro en los entierros de mi generación”, por ejemplo. O “la liturgia del abecedario”… “Y ya que me preguntas te diré que sé lo que es tener 14 años y estar muerto, lobo de mar anclado en la ciudad, cansado de olvidar una mujer en cada puerto. Impúdico animal sin pedigrí, adicto al elixir del corazón de las botellas, misógino aprendiz de seductor que canta rock & roll para exigirle a las estrellas: ojos que aprendan a mirar, labios que quemen, sabios que enseñen a besar, delirium tremens”. Qué más querés que te diga…
TODA LA ENTREVISTA EN ROLLING STONE ARGENTINA


lo de Joaquín es especial, tengo otras frases sabineras ancladas por ahí para colgar en la lista de Fito, algunas traeré ...suma y sigue maestro


lunes, 4 de agosto de 2008

La Sierra de Madrid

Hace un par de sábados subimos con unos amigos a su apartamento de la Sierra, en Guadarrama.

Eso viene siendo como llegarse en la Habana a la casa en la playa. Hay muchos pueblecitos en el entorno de los puertos de montaña, a donde sube la gente de Madrid a veranear, o simplemente de fin de semana. Muchos tiene allí su segunda casa. Además de las piscinas particulares de los chalés, suele haber un complejo de ellas en cada urbanización, grandes, con su respectivo bar-restaurant. Son también famosos los mesones de raciones y tapas de la Sierra donde se come estupendamente por precios más baratos que los de Madrid. Se congestionan las carreteras de acceso a la Sierra igual que la Monumental en verano. Esa mezcla de ambiente de gente caminado en trusas por las calles del pueblo, descargando en los chiringuitos de la piscina, el olor de la paella y la cerveza, rodeado de campo me recordó a Guanabo, o a Santa Fe, quizás a Cojímar…y eso que la playa más cercana de allí está a muchos kilómetros!
Ha de ser el gorrión…


Un incidental. Al regreso por la carretera de La Coruña pasamos por el poblado de Torrelodones, justo al lado de ese Casino al que Sabina cita en su antológica 19 Días y 500 Noches:

"y fui tan torero, por los callejones
del juego y el vino, que ayer el portero,
me echó del casino de Torrelodones..."

Y le hice este intento de foto, al vuelo. Nada, que estaba en mood Sabinero y playero.

miércoles, 4 de junio de 2008

De vuelta con los toros...Alaska vs Sabina

Es que hoy la corrida era una de esas esperadas, a juzgar por el aluvión de gente que encontré al salir… hoy el desborde en Las Ventas era total cuando dejé la oficina, al filo de las 6:30pm.


Apenas podía subir por la calle de Alcalá de la cantidad de aficionados bajando a la plaza, ni una foto con el móvil. En efecto, se trataba de la corrida de Beneficencia, una de las clásicas de la temporada, en la que Cayetano Rivera Ordóñez, hijo y nieto de toreros, confirmaba su alternativa. Estaba hasta el Rey Juan Carlos. Supe ahora que ha cortado una oreja en el segundo toro…y que ha acabado con éxito la corrida, con vítores, revuelo de la prensa del corazón incluido.

Pensaba, de regreso a casa que sí, que me quiero involucrar en la polémica. Me anima un poster de la controvertida Alaska-Fangoria que vi hace un par de días, en franca protesta anti-taurina. En contraposición, el soneto semanal de Sabina en Interviú versaba justamente sobre el gusto por los toros. Es la época.

Por si no lo sabían

A Francisco de Goya le gustaban los toros,
a Rafael Alberti le gustaban los toros,
a Pablo Picasso le gustaban los toros,
a Agustín Lara le gustaban los toros,
a Ernest Hemingway le gustaban los toros,
a la bella Ava Gardner le gustaban los toros,
al orondo Orson Welles le gustaban los toros,
a José Bergamín le gustaban los toros,
a Gerardo Diego le gustaban los toros,
a María Félix le gustaban los toros,
a Ignacio Zuloaga le gustaban los toros,
a García Lorca le gustaban los toros,
al Miguel Hernández le gustaban los toros,
a Ortega y Gasset le gustaban los toros,
a Indalecio Prieto le gustaban los toros
y a mi abuelo también.

A Bryce Echenique le gustan los toros,
a Miquel Barceló le gustan los toros,
a Joan Manuel Serrat le gustan los toros,
a Mario Vargas Llosa le gustan los toros
a Caballero Bonald le gustan los toros,
a Enrique Morente le gustan los toros
a Albert Boadella le gustan los toros,
a Almudena Grandes le gustan los toros,
a Felipe Benítez le gustan los toros,
a Francisco Brines le gustan los toros,
a Carlos Marzal le gustan los toros,
a Sánchez Dragó le gustan los toros,
a Luis Eduardo Aute le gustan los toros,
al Gabo García Márquez le gustan los toros,
a Caco Senante le gustan los toros,
a Raúl González le gustan los toros,
a Rosa Aguilar le gustan los toros,
al japonés del siete le gustan los toros,
al defensor del pueblo le gustan los toros
y a mí también.

Lo siento, my beloved Joaquín, me encantas, tus sonetos y tú, y unos cuantos más de tu lista...pero a mí no me gustan los toros, al menos no me gusta que se diviertan a costa de ellos, que los espoleen con las banderillas, los rematen y les corten la oreja para confirmar la alternativa de un chaval de apellido famoso. Me gustan los toros por ahí en el campo pastando, montando vacas …y hasta en bisté o chuletones, para que engañarnos, pero me parece que en la corrida de hoy el único que no había pedido estar ahí era el toro. Aquí lo digo, y óooole…

martes, 29 de abril de 2008

De Sabina a Gelman...

Aquí llega el eco de este soneto publicado ayer por Sabina en su columna de Interviú...

Cervantinas para Gelman

Si gotán no fuera tango
nunca te hubiera sorbido,
si no morfaras tamango
ni amanecieras podrido,

si no dolieras Urondo,
tan hollín, tan almafuerte,
tan sanedrín de Macondo,
tan Pushkin, tan mala suerte,

tan Villa Crespo, aleluya,
porque, en Alcalá de Henares,
frente al trono y la casulla,
zurdaste por soleares,

por milongas, por vidalas
macarenas argentinas,
por las buenas, por las malas,
por bagualas cervantinas.

Velorio del solo junto,
país que fue será, cuando,
más huérfano que difunto,
mañana sigas cantando.

Del violín y otras cuestiones
chamullaremos un día,
mundar de tus relaciones,
mester de mi gelmanía.

Trajín de mi duermevela,
Sydney West, Getsemaní,
cólera buey, duquela
del ruso y el sefardí.

Con tu flauta de pan duro
made in González Tuñón,
tu cuchara de cianuro,
tu Trilce, tu bandoneón.

Desde un lugar de la Mancha
donde cuando ya verán,
vuela un bombín de ala ancha
por san Gelman, por don Juan.


La vida ha llevado "por las malas" a Juan Gelman, ciertamente...aunque le ha dado oportunidad de vivir el honor en presente. Honor al que modestamente me sumo desde este espacio.

Para mi colección de palabras que suele usar Sabina más de una vez en sus poemas, textos y canciones....de este soneto me llevo duermevela y casulla....(encuéntrenlas en Alivio de Luto) ...y sigo sumando.