y ver simultáneamente cómo llega otra primavera a Alcalá, con cielo azul y cigüeñas blancas…así es, las estaciones no saben de desastres.
Ayer acompañé a Ana y dos amigas cubanas de visita en la ciudad y hacía este tiempo …

Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender... Ortega y Gasset
No sé si será por el cambio climático, pero en los años que llevo aquí, los almendros en flor suelen ser la más precoz señal de primavera, y los hay ya a todo lo largo de la carretera N-II, con ese brote súbito, blanco o rosa, que sorprende la vista y destaca sobre la monotonía gris del invierno. Tan súbito como efímero, porque esa primera floración solo conserva los colores claros apenas una semana, las flores tornan rápidamente al morado oscuro, que perdura hasta el verano.
Vaya pues esta entrada dedicada a los bellos jardines de la finca El Olivar en Alcalá… (que conste que es esta una promoción for-free) Y también a los almendros en flor, en la efímera “levedad” de ese primer color, como diría Milán Kundera de la insoportable levedad…del ser.