
Los segundos domingos de mayo tienen su encanto especial. Ya sé que la obra de gestar y criar merece un homenaje diario y que como todas las celebraciones este festivo tiene un trasfondo también comercial, pero en ausencia de otras tradiciones, esta es de las que más arraigadas traemos de Cuba. El consuetudinario cake con sus "Felicidades Mamá" en merengue verde o rosa, medio chorreao el acento de Mamá, las postales, los teléfonos colapsados y las mañanas de domingo, con regalitos para las abuelas y las tías y todas "las mujeres" de la familia. Colas los viernes y sábados en todas partes y stocks de flores agotados.
Recuerdo aquellos cartoncitos con semillas de flamboyán pegadas, cuadros especiales que aparecían ese día a los pies de su cama y mi mamá ya no tenía donde guardar. Lo mismo que televisores fabricados con un jabón Nácar, postales con papel plegado y flores secas, y besos marcados con creyón de labios como firma. De todo eso me acuerdo, pero hoy en lugar de ello le he regalado un monedero, haré un bizcocho y celebraremos otro domingo familiar.
Desde aquí felicito a las mamis-bloggers del ancho mundo bloguero, y a todas las amigas que suelen pasar por aquí, con el deseo de que la pasen bien y que sus desvelos sean recompensados con el cariño y el buen hacer de sus hijos.