
Lo de Havana con V será por aquello del Havana Club (benditos patrocinadores) pero el triángulo de la calle Ballesta y los aledaños de la plaza de San Ildefonso eran ayer un trocito de la Habana con B, castiza y bachatosa.
Aprovecho mi escapada vespertina a la celebración, organizada por la Asociación de Comerciantes del madrileño barrio de Triball, para traer aquí un mini reportaje, a manera de despertar luego de un impass de varias semanas. Perdónenme lectores y visitantes la ausencia sin haber colgado el letrero de “Cerrado por Vida Convulsa”.

Desde que subía, ya anocheciendo, por la calle Puebla sentí el corito inconfundible ...
"el cuarto de Tula, le cogió candela, se quedó dormida y"… Luego de una jornada de baile callejero y de proyecciones de cine cubano en el Teatro Lara, por el estrado de la plaza seguían pasando a esa hora varios conjuntos cubanos de animación musical, algunos llegados de otros sitios de España. Uno de los cantantes - que venía de Murcia- pisaba Madrid por primera vez luego de 19 años en España y se divirtió de lo lindo formando coreografías con la gente, del tipo
“a la derecha, a la izquierda” y
“las chicas pa quí, los chicos pa´llá, aaah, yogurrrrr!”… y mezcla de coritos mitad del Médico, mitad Van Van y Charanga, no muy originales, pero que en estas descargas funcionan de maravilla para animar la peña. No era la Habana, pero la recordaba bastante.
Y la cintura inconfundible, caballero...!
A que eso se pega?

El ambiente, de barrio, de mezcla, algunas parejas jóvenes practicando la salsa de las academias (a su ritmo), los negrones cubanos, folclóricos, unos con camisetas del evento en negro y otros con sombrero y de blanco impoluto a esas horas de la noche, sacando a bailar y haciendo valer su protagonismo, familias cubanas y familias españolas -con fiñes incluidos- guarachando juntas a la voz de “mano-pa-rriba-mi-gente”…Chinos y chinitas por doquier, con bolsa en ristre ofreciendo “celvesa flía”, tan insistentemente que salían en las fotos, el flujo de gente interminable que baja a esos barrios desde Gran Vía…Vecinos tomando el fresco, mirando sorprendidos tal cumbancha y paseando a sus perros, mulatonas con turbante tirando las cartas, gente jugando dominó, y kioscos y terrazas…y mucho mojito. Y una exposición fotográfica“Culto a la Vida” con fotos de Alom.


Encontré a un grupo de cubanos con una amiga búlgara, que viene del pueblo de Pomori, donde -
aún! se fabrica aquella pasta dental que al menos los cuarentones cubanos recordamos:
El Pomorín! Gracias Rostitza por la instantánea.
Así era anoche la fiesta cubana en Ballesta. Me gustó llegarme allí, y de paso saludar al amigo cubano Rubén en su
Café de la Luz, un sitio hecho con gusto, que “ilumina” una esquina a pocos metros de allí, donde se juntan las calles Barco y Puebla. El ambiente es exquisito, y además de otros cócteles sirve mojitos, igual de frescos, para ser disfrutados con un trasfondo musical bien cuidado. Ideal para recalar en las excursiones de tarde o noche a Fuencarral. Un 10 de 10... y esperarme por allí Ruben!


